En modelismo artesanal en madera hemos
querido rendir un homenaje a esos marinos que luchaban y que "Hay que
imaginarse lo que debe ser la batería de un barco con 28, 30 y hasta 32 cañones
de mayor calibre tirando al mismo tiempo desde los dos lados en un entrepuente
estrecho y medio inundado, para comprender fácilmente cuáles deben ser la
vigilancia, la agilidad, la sangre fría y la habilidad necesarias para evitar
el desorden y la confusión en medio de esta multitud de hombres amontonados
entre el humo, el ruido, los estragos del enemigo, los gritos, la agitación que
todas estas cosas no pueden dejar de originar en el alma de los
combatientes". (Salazar, 1828).
Mover un cañón de a 24 o a 36 libras, los
más grandes que portaba un navío, no era sencillo. Los más grandes pesaban casi
4 toneladas, incluidos los 900 kilos de la cureña, lo que hacía difícil y sobre
todo muy pesado, poder maniobrar para cargarlos o limpiarlos. No era extraño
que con el movimiento en alta mar se destrincaran, provocando un desastre si no
se era capaz de detener el cañón que iba de una banda a otra convirtiéndose en
un ariete de varias toneladas, que aplastaba todo lo que se pusiera por
delante.
1.- Braga o braguero. Fuerte
cabo que era el que evitaba que el cañón se desplazase en el retroceso.
2.- Palanquines. Cabos que
utilizaban los sirvientes del cañón y que mediante aparejos y motones ajustaban
la pieza para colocarla en batería tras el disparo o para moverlo.
3.- Este palanquín trasero
era también utilizado para mover el cañón, en este caso hacia atrás y que
servía también para dejarlo sujeto cuando este estuviera inactivo.
Gracias a estas piezas se podía ajustar sin
problemas la pieza de artillería.
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Año de construcción 2011.
Escala: 1:30
Horas de realización: 25
Materiales: Maderas de pino, cedro africano, nogal, contrachapados. Chapa de cobre y latón. Plomo. Tinción en roble dorado y negro. Acabado al aceite.
Destino: Colección privada.